El salmista le da gracias a Dios porque está cerca y la gente habla de sus maravillas. Esto es una figura de lenguaje porque Dios está en todas partes así que no puede estar más cerca de un sitio que de otro pero en ocasiones nos parece así. Al visitar el muro de Lamentaciones en Jerusalén, la energía espiritual que allí había hacía sentir a uno más cerca de Dios que en otros lugares. Por esa presencia especial es que el salmista da gracias y es la que impulsa a la gente a testificar las maravillas de Dios.
El salmo procede a dar una advertencia de parte de Dios a aquellos que creen que van a quedar impunes de sus malas acciones. Dios les advierte que en su momento adecuado, el va a hacer justicia. Eso es lo que en muchas ocasiones quisiéramos ver inmediatamente pero será en el tiempo de Dios. Dios es el único que puede humillar y el que puede dar importancia. No debemos nunca dudar que en su día Dios castigará a los malvados y éstos tendrán su merecido. Al final el orden de Dios se establecerá y su justicia resplandecerá. Confiemos que Dios evitará que el mundo se vaya en un caos total. “Cuando la tierra y todo lo que hay en ella tiemblan y están a punto de caer, yo soy quien les devuelvo la fuerza (PDT)”.
Pienso que en ocasiones el salmista se enfoca mucho en el impío y en su deseo de que éste sea castigado en lugar de poner su mirada en Dios y en las bendiciones que éste le da. Ya en su momento Dios hará justicia pero debemos enfocarnos en las bendiciones que Dios nos da y no en que nos vengue de nuestros enemigos. Lo que él nos da es tan y tan grande y son tantas las ricas bendiciones que no debo perder mi tiempo en esperar ver a mi enemigo humillado. Tenemos que tomar la decisión de dejárselo en las manos Dios y no pensar más en ello. Al fin y al cabo eso fue lo que Jesús enseño cuando dijo en Mateo 5:44: “Amen a sus enemigos y oren por quienes los maltratan (TLA)” ¡Ayúdame Señor a solamente enfocarme en ti y en confiar que en su momento tú harás justicia!
0 comentarios:
Publicar un comentario